Mucho pío, pío...

Andaba dándole vueltas y buscando contenido para escribir este artículo, cuando topé con este otro, que si no expresa lo que yo pretendo decir, sí que contiene bastantes ideas que encontrar si leemos entre líneas.

Reproduzco el artículo completo a continuación: 

"¡Pío, Pío, todo lo tengo que hacer yo!

¿Cuántos de vosotros habéis tenido que soportar a un pío pío?
¿Cuántas veces os han aburrido con su interminable lista de toooodo lo que tienen que hacer todos los días, como si sólo fueran ellos los que siempre tienen que hacerlo todo?. 

Un pío pío es una de esas personas que inevitablemente tenemos que padecer con algo más que simple paciencia, porque se requiere un cierto control para no decirles cuatro cosas (y es que no merece la pena estar discutiendo todo el santo día por tonterías ajenas). Estas personas cada vez que hacen algo, lo tienen que hacer público inmediatamente, para que todos veamos lo trabajadores, comprometidos y sufridos que son ellos. Ellos lo hacen todo, a ellos les toca asumir responsabilidades que no les corresponden y claro, fíjate tú si no estuvieran ellos para salvar la empresa en la que trabajan y hacer el trabajo de todos los que se han bajado a tomar el café, o tener que hacerlo todo, aunque lo único que hagan sea poner una lavadora cada cinco días, o solucionar los problemas de sus amigos… en fin, que el mundo sin estas personas sería una ruina, porque solo trabajan ellas y los demás nos tocamos… 

La realidad es que mucho pío pío, pero todos sabemos que en eso queda, en piar mucho lo poco que hacen, porque al menos por las personas que yo conozco, estas están deseosas de a la mínima sacar la lista de todo lo que han hecho hoy y lo que aún les queda, siempre quejándose de que lo tienen que hacer todo, que no se han sentado todavía, que si mira fulanito que no me echa una mano para nada en esto, que si no fuera por mi… en fin que pío, pío y pío y por ahí se les va la fuerza, por el piquito de oro.

Decía Jesús “que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha”. Sé humilde, discreto y no exhibas ni te jactes continuamente de lo que haces, porque seguramente a quién se lo cuentas haya hecho a esas horas mucho más que tú y no te ha dicho nada. No pensemos continuamente que solo nosotros tenemos cosas que hacer, porque todo el mundo hace cosas y no lo pían.

Mientras tanto, demos gracias al cielo por la inestimable aportación del pío pío al mundo que nos rodea, y, como ellos harán nuestras tareas... ¡Tomémonos un café!."


Artículo original firmado por Ratman, publicado en el blog:   



Bien vale esta imagen para expresar mi asombro.

¿Es una carrera contrarreloj esto de "twitter"?, ¡cuánto ruido y cuánta palabrería, anuncios y mensajes huecos!
Ahora que me encuentro de vacaciones en mi pueblo natal y llevo pasando varios días en el campo, sin cobertura, sin WiFi y sin más "interferencias", me doy cuenta de lo saludable de ello. Podemos vivir "desconectados", gracias a Dios.

Recuperar las tertulias en la plaza por la noche, los paseos, la quietud del campo, las incomodidades (¿?) de no tener luz para la tele (gloria bendita)...

De vuelta a "la Red", me asomo de nuevo a Twitter y la primera impresión, la primera, es ¡cuánto "Pío, Pío"! ¿Esto es una competición, una carrera contrarreloj, un escaparate o qué es?


Lo que yo quiero encontrar es un foro, un lugar de encuentro donde intercambiar conocimientos y distintos puntos de vista. Una oportunidad para cohabitar tanto con foráneos como con lugareños...


¡Vaya, no me he dado cuenta y resulta que es como la Plaza del pueblo!

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